¿Sus habilidades se refuerzan y lubrican regularmente con el desafío y el propósito? ¿O están cayendo presa de la oxidación y la descomposición por negligencia y complacencia? ¿Se están renovando sus recursos y aumentando su relevancia porque se les está dando un buen uso? ¿O están sentados en algún almacén olvidado acumulando polvo y obsolescencia?
¿Qué hay de tu relación, tus conocimientos, el lugar que amas, la experiencia que atesoras? ¿Te has vuelto complaciente con ellos o estás constantemente encontrando nuevas formas de darles más vida? Las cosas buenas de tu vida pierden su valor cuando las atesoras, las descuidas o las escondes. Para mantener y aumentar su valor, comparte y hacer un uso beneficioso de ellos.
Abra el valor total de todo lo que tiene infundiéndole el poder del propósito, el esfuerzo y la atención. Multiplique la bondad en su vida por cosas buenas con ella todos los días. Respete y aprecie plenamente todo lo que es, todo lo que tiene y todo lo que puede ser. Aproveche todo y hágalo aún mejor. El encuentro no es solo algo que se interpone en tu camino, es una oportunidad.
La belleza que ves no está solo para ser admitida. Representa una oportunidad. Esta no es una hora más, otro viaje, otra situación. Es una oportunidad para vivir con propósito, con efectividad, con alegría, gratitud y oportunidad para actuar, hablar, aprender, mejorar, comprender. Aprecia las oportunidades y te devuelven el favor. Cuantas más oportunidades aproveches, más y mejores oportunidades habrá. Sea cual sea el lugar al que vayas, cualquier cosa que veas, lo que sea que esté pasando, es una oportunidad.