Muchos de nosotros creemos que Dios escribe nuestro destino. Necesitamos hacer una pausa e introspección sobre esta creencia. Si Dios escribiera nuestro destino, sucederían dos cosas; Primero, dado que todos somos hijos de Dios, todos nuestros destinos habrían sido iguales. En segundo lugar, como nuestros padres, Dios habría escrito un destino perfecto para todos nosotros. Hoy nuestros destinos no son iguales ni perfectos. También creímos en la ley del karma (hechos) que dice: "Como es mi Karma, así será mi". destino. Nuestros karmas no siempre son perfectos y no todos creamos karmas idénticos. Por lo tanto, nuestro destino no es ni perfecto ni igual. Necesitamos preguntarnos cuál de estas dos creencias se siente bien para nosotros. Karma significa acción. acción y reacción, o causa y efecto. La ley kármica está trabajando constantemente en nuestras vidas, ya que el karma incluye cada pensamiento, cada palabra y cada acción. De acuerdo con la ley del karma, cada acción, por pequeña o significativa que sea, tiene una consecuencia. La consecuencia es siempre justa. La acción correcta trae una buena consecuencia y la acción incorrecta trae una difícil. Ciertos karmas pueden resultar en resultados inmediatos. Otros karmas pueden tener consecuencias que regresen una hora después, un año después, 20 años después, 50 años después, o en una vida futura. Podemos conectar el karma con La consecuencia en algunos casos. Sin embargo, cuando vemos los efectos del karma en un nivel sutil, no seremos capaces de conectar la consecuencia con el karma, ya que el karma podría haberse realizado hace años o incluso en una vida pasada. preocupémonos por ese aspecto de identificar la causa. No debemos temer a la ley, sino que seamos conscientes de ella. Así que centrémonos en pensar, hablar y comportarnos correctamente, de modo que creemos un destino hermoso.
Al mismo tiempo, debemos adquirir el conocimiento y la experiencia correctos que modificarán nuestro destino.
